martes, 18 de enero de 2011

Comer arándanos reduce el riesgo de hipertensión.

Un estudio realizado por la Universidad de East Anguila y la Universidad de Harvard (EE.UU.) demuestra que el consumo de una porción de arándanos a la semana reduce la posibilidad de sufrir hipertensión en un 10 por ciento.
   La investigación, que se publica en 'American Journal of Clinical Nutrition', concluye que las antocianinas, unas compuestos bioactivos presentes en los arándanos, protegen contra la hipertensión. Asimismo, las antocianinas, que pertenecen a la familia de los flavonoides, se encuentran también en grandes cantidades en las grosellas negras, las frambuesas, las berenjenas y la sangría.
   También, los flavonoides están presentes, aunque en menos cantidad, en numerosos tipos de fruta, vegetales, granos y hierbas. Hasta el momento, se sabía que los flavonoides presentes en el té, el zumo de frutas, el vino rojo y el chocolate negro reducen el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
  "Nuestros hallazgos son emocionantes y sugieren que la ingesta adecuada de antocianinas podría contribuir a la prevención de la hipertensión", afirma el autor principal del estudio y profesor del departamento de Nutrición de la Universidad East Anguila, Aedin Cassidy.
  

martes, 11 de enero de 2011

Mala alimentación en niños.

En la infancia se crean los hábitos alimenticios, y más aún las enfermedades que pueden aparecer más tarde, a lo largo de la vida como; la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas, cáncer, las que comienzan a incubarse desde los primeros años de edad. Por estas razones es que parece fundamental prevenirlas desde los primeros años, lo que es importante cuidar la adquisición de hábitos alimenticios adecuados.
Desgraciadamente, a través de los medios de comunicación y muy especialmente de la televisión, constantemente los niños son inducidos al consumo de alimentos que no son los adecuados para su salud. Ellos son los alimentos llamados "chatarras, que contienen un elevado contenido de grasas, azúcares, sal, o de bebidas azucaradas, que a la larga van a provocar mucha de esas enfermedades. Este tipo de promociones incitan al niño a la gula, y ya, en nuestro medio, un 20% de los niños obesos. Tratar la obesidad del niño, es algo extraordinariamente difícil y por lo general se fracasa. Todo esto contrasta con la nula promoción del consumo de frutas y verduras, que permiten prevenir todos estos males. Todo va en contra de lo que los padres o profesores tratan de inculcarle a los niños.

El bombardeo de la televisión, a través del avisaje, es problema de todos los países, incluyendo el nuestro. En algunos países este tipo de promoción está reglamentada y por eso el daño es menor. Pero en la mayor parte de los países no se hace nada. En un reciente estudio en 13 países, se puede apreciar la intensidad del bombardeo televisivo. La televisión como promedio transmite 12 avisos por hora promoviendo este tipo de alimentos. En Suecia, en que este aspecto está reglamentado, los avisos de alimento chatarra tienen una frecuencia menor de 1 por hora.

Sin duda, que es importante que existan regulaciones en los avisajes para que se aminore este problema, o que al menos se exija también promoción de alimentos saludables.